Floranada

Una obra se vuelve arte cuando crea silencio, cuando nos proporciona una educación estética y nos lleva por los ríos profundos que navega el artista. Y todo lo anterior, sin necesidad de eruditas prótesis. Es esto lo que logra Jairo Rueda con Floranada. En esta exposición, el inconsciente del artista y del que contempla dialogan y viajan juntos. Por ello, la obra de arte nos acompaña para siempre.
El destino del viaje al que nos lleva Floranada es hacia nosotros mismos. Floranada es la piel del mundo animal, vegetal, mineral. Es entonces nuestra piel. “la piel es lo más profundo que tenemos” escribió el poeta Paul Valery hace más de un siglo. Si miramos sin prisa las obras de Jairo Rueda, entendemos mejor la cita del poeta francés. En cada uno de ellas está lo que fuimos (en vidas anteriores, hace millones de años, organismos acuáticos, vegetales, animales). También lo que somos hoy (biología y psicología). En Floranada no hay pizca de Sociología, no hay nada coyuntural. Todo es física, química, biología, vida. No sé convoca ninguna identidad, ni profesional, ni nacional, ni de género. Muchísimo antes de que apareciera la palabra somatizar, los médicos chinos ya leían nuestras patologías escrutando el iris, la lengua, la piel.
Jairo Rueda lanzó una sonda hacia nuestro pasado más que milenario y hoy nos presenta el resultado de la larga exploración. En la red trajo Floranada, la piel de la vida. Ahora es a cada uno de nosotros contemplar Floranada, disfrutarla sin prisas y en silencio, como si estuviéramos en el séptimo día de la creación Enrique Uribe Carreño.
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Un viaje en el tiempo
FLORANADA
El placer de la lentitud



Un parentesis en el tiempo

